La lista de problemas de salud y patologías ante las que el consumo de aceite de oliva virgen extra supone un beneficio es prácticamente eterna. En este blog hemos hablado de las propiedades del oro líquido ante todo tipo de situaciones: desde pequeños inconvenientes como unas ojeras hasta síntomas preocupantes como la inflamación o patologías severas como el Alzheimer o la depresión. En este artículo, hablaremos sobre cómo el aceite de oliva virgen extra para la hipertensión puede ser de gran ayuda.

La hipertensión es un mal común en la salud de muchas personas. Tanto, que se calcula que en los últimos 40 años, el número de personas que la padecen se ha duplicado. Uno de los países con más problemas en este aspecto es Estados Unidos: según la Asociación Americana del Corazón (The American Heart Association), casi la mitad de estadounidenses por encima de 20 años de edad la parecen, lo que les expone a un gran riesgo de infarto y enfermedades cardiovasculares.

Tener la presión arterial demasiado alta implica un riesgo directo para la salud y la vida. La mayoría de personas fallecidas por problemas de corazón tenían, de base, un cuadro de hipertensión. Y el consumo de aceite de oliva virgen extra, además de contar con beneficios probados para la salud cardiovascular, también tiene propiedades que ayudan a reducir la presión arterial de quienes padecen hipertensión. A partir de ahí se creó el acrónimo DASH: Dietary Approaches to Stop Hypertension (Enfoque Dietético para Detener la Hipertensión).

Esta dieta DASH es, en resumen, una dieta mediterránea modificada para rebajar el nivel de tensión en las arterias. El consumo de aceite de oliva virgen extra, como se ha probado en diversos estudios científicos, ayuda a reducir la tensión arterial gracias a los polifenoles. Eso, unido al enfoque DASH, que prioriza los alimentos reales, la eliminación de ultraprocesados y de carbohidratos de calidad, además de la inclusión de vegetales, frutas y legumbres, es un primer paso fundamental para comenzar a aplacar la hipertensión de la mano del AOVE.

Pero tampoco DASH y dieta mediterránea son exactamente lo mismo. Para adaptarse más al enfoque DASH, es fundamental rebajar las cantidades de sodio y de grasa, que se consideran entre medios y altos en la dieta mediterránea, así como llevar un control de la ingesta calórica y macronutrientes, que habitualmente se pasa por alto.

En definitiva, el aceite de oliva virgen extra es una gran ayuda para la salud en general, así como para la hipertensión en particular. Una dieta correctamente equilibrada que incluya AOVE como fuente fundamental de grasas saludables puede ser una gran herramienta para reducir los niveles de tensión arterial y mantener a raya el riesgo de episodios cardiovasculares.

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