Somos lo que comemos, tanto en lo que se refiere a salud de nuestro organismo como respecto a la salud mental. La ciencia ha probado, a lo largo de décadas de estudios, la estrecha relación entre hábitos alimenticios y nuestro estado anímico, y en ese cercano vínculo el aceite de oliva virgen extra puede jugar un papel muy importante. Especialmente, en lo que a la depresión se refiere: el AOVE no solo es un pilar alimenticio para prevenirla, sino incluso para tratar los síntomas que conlleva.

El cerebro humano está formado por grasa en un 60% de su peso. Por eso, la ciencia evalúa hasta qué punto el consumo recurrente de grasas saludables puede ayudar a su buen funcionamiento y salud. Y algunos estudios han arrojado datos que, de manera elocuente, concluyen el tremendo impacto positivo que la introducción de aceite de oliva virgen extra tiene en cuadros de depresión, tanto en su prevención como en su tratamiento.

Uno de estos estudios fue llevado a cabo por la Macquarie University de Australia. En él, los investigadores observaron cómo jóvenes adultos con depresión, en apenas tres semanas de dieta mediterránea y consumo de dos cucharadas de AOVE por día, reducían los síntomas de la depresión a niveles normales, además de reducir también el estrés y la ansiedad.

Sin salir de Australia, un estudio denominado ‘Smiles Trial’ (Ensayo Sonrisas) mostró cómo en 12 semanas la misma dieta mediterránea, incluyendo el consumo de aceite de oliva virgen extra, supuso una remisión en los síntomas depresivos para alrededor de un 30% de los participantes en la investigación. Otro estudio (The Sun Project), concluyó que asociar la dieta mediterránea a personas con depresión en España implicaba un 30% menos de riesgo de padecer la enfermedad.

Sea cual sea el centro de investigación y el método seguido, hay algo claro: el aceite de oliva virgen extra es un factor de peso en la lucha contra la depresión. “Los doctores y psicólogos deberían considerar remitir a jóvenes a dietistas y nutricionistas como un componente importante para tratar la depresión clínica”: así de claro lo dice Jessica Bayes, investigadora de la UTS Faculty of Health de la University of Technology Sydney.

Aunque las implicaciones directas se siguen estudiando cada día, hay algo claro: los nutrientes del aceite de oliva virgen extra pueden tener un impacto significativo en la salud mental. Sus más de 30 compuestos fenólicos, potentes antioxidantes y numerosas vitaminas E y K ayudan a apuntalar la salud de nuestro cerebro, gracias al aumento de algunos de los químicos de nuestro cerebro (BDNF y NGF) cuando se consume aceite de oliva virgen extra.

Nota: Este contenido se proporciona con fines informativos y no pretende ser el sustituto de un consejo profesional ni un tratamiento. La depresión debe ser diagnosticada y tratada siguiendo los consejos de especialistas. La mejora de la alimentación y los hábitos pueden ser una ayuda significativa, pero ante cualquier síntoma el primer paso debe ser siempre consultar con personas especializadas.