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¿Qué beneficios tiene el aceite de oliva virgen extra 
en embarazadas y bebés?

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Cuando se habla de los múltiples beneficios del aceite de oliva virgen extra para la salud, todas esas propiedades pueden ayudar a cualquier persona a nivel general. Desde el uso de cosméticos a la cocina, las características únicas del AOVE pueden aprovecharse independientemente de las peculiaridades individuales, pero también tienen la capacidad de reportar provecho a grupos específicos. Es el caso del aceite de oliva virgen extra en embarazadas y bebés.

El uso de aceite de oliva virgen extra en embarazadas y bebés puede dar frutos más allá de los beneficios -que no son pocos- de la dieta mediterránea. Porque unos patrones de alimentación equilibrados, saludables y basados en productos naturales suponen mucho más que un número en la báscula o un reflejo en el espejo: son un estilo de vida y un mensaje de salud.

Todo comienza en el embarazo. Cuando una mujer embarazada opta por el consumo de aceite de oliva virgen extra durante la gestación, se produce un efecto dominó, tal y como mostró un estudio llevado a cabo por la Universidad Queen Mary de Londres: el riesgo de contraer diabetes gestacional durante el embarazo se reduce en un 35%, y el aumento de peso durante los nueve meses se reduce en más de un kilo.

Es, con el sencillo gesto de introducir unos centilitros al día, una gran diferencia en términos de salud. Un embarazo con menores complicaciones, con un camino de mayores garantías para que madre y bebé lleguen en las mejores condiciones posibles al momento decisivo.

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AOVE para bebés

La dieta de los bebés es un capítulo aparte. Durante los primeros seis meses de vida, los bebés basan su alimentación en la leche materna, y no deberían tomar aceite de oliva de manera directa. Aun así, esa conexión alimenticia que mantienen con su madre, puede hacer que indirectamente se beneficien de las propiedades del AOVE que consuma su madre a través del consumo de la leche con la que se alimentan.

Conforme el bebé crece, las posibilidades se amplían. Cuando comienzan los purés, también llega el momento de introducir paulatinamente el aceite de oliva virgen extra en ellos, de forma que los bebés puedan obtener esos beneficios de forma más directa. Vitaminas A, D, K y E presentes en el aceite de oliva virgen extra son pilares fundamentales de la alimentación, ayudan a un mejor desarrollo físico e intelectual y sientan las bases de lo que debería ser una vida de alimentación saludable y equilibrada.

Además, por supuesto, del ácido oleico. Esta grasa saludable (omega 9) está presente en el aceite de oliva, y puede contribuir a la salud en múltiples formas: dando a los niños mejores digestiones y manteniendo a raya las posibilidades de desarrollar diabetes u obesidad infantil, entre otras.

El consumo de aceite de oliva virgen extra en embarazadas y bebés debería ser mucho más que una sencilla recomendación: un hábito a construir y mantener como garantía a largo plazo de una salud más fuerte y una alimentación más equilibrada.